martes, 11 de agosto de 2009

Los pueblos indígenas y el VIH/SIDA


Con motivo del Día Internacional de los pueblos indígenas del mundo

Miguel d'Escoto Brockmann



Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió en 1994 observar cada año el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, lo hizo con intención de transmitir un mensaje claro y rotundo sobre el deber de reconocer y respetar los derechos humanos de los pueblos indígenas. Al igual que entonces, hoy debemos seguir presionando para que se ponga fin a su marginación y pobreza extrema, a la expropiación de sus tierras tradicionales y a otros abusos graves de los derechos humanos que aún padecen muchos de los 370 millones de indígenas de todo el mundo.

Demasiados pueblos indígenas viven hoy como minorías marginadas en condiciones de pobreza e impotencia, unas condiciones propicias para la transmisión del VIH. Su aislamiento dificulta su acceso a los servicios de prevención y tratamiento de la infección. Como en muchas otras comunidades, sean o no indígenas, las mujeres y los niños son especialmente vulnerables a la explotación y, por ende, al riesgo de infección por el VIH. Por muchos motivos, la marginación es un factor particularmente relevante en lo que respecta a los riesgos asociados al VIH.

Nuestra diversidad humana, una característica que debemos aprender a valorar y sostener, nos exige reconocer que cada comunidad tiene sus propios valores y prácticas. Es en este contexto donde debemos orientar nuestra búsqueda de formas efectivas de mitigar las repercusiones de la epidemia del VIH. Los pueblos indígenas tienen una perspectiva holística de la salud, que incluye las dimensiones física, social, mental, emocional y espiritual.


Todas estas dimensiones deben tenerse en cuenta y ponerse de relieve como base para determinar criterios eficaces para la atención de la salud de las personas indígenas. Por lo tanto, los programas sociales y de salud dirigidos a estas personas deben basarse en una comprensión de la cultura, las prácticas y las creencias de cada comunidad indígena. Los curanderos, por ejemplo, suelen desempeñar un papel primordial en muchas comunidades indígenas, ejerciendo una influencia determinante en su forma de entender la salud y el bienestar.

Otro problema que afecta a los pueblos indígenas es la falta de datos sobre el VIH/SIDA en sus comunidades. En el mundo se infectan cada día por el VIH casi 7.500 personas y mueren de SIDA 5.500, principalmente debido a la falta de servicios de prevención y tratamiento. Ahora bien, la disponibilidad del tratamiento del VIH/SIDA, aunque es muy limitada, está aumentando, por lo que se está comenzando a contrarrestar estas cifras exorbitadas. Debemos procurar que la recopilación de información sobre las personas indígenas que viven con el VIH/SIDA y el análisis de dicha información se sustenten en una perspectiva integral. Esta labor debe llevarse a cabo de una forma respetuosa con las necesidades de los pueblos indígenas que ellos mismos han determinado y a las que se hace referencia en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio representan una oportunidad de mejorar los programas de prevención y asegurar que las cuestiones indígenas se tengan en cuenta en las estrategias y los planes de acción. Se trata de cuestiones que están relacionadas con todos los aspectos de la prevención y el tratamiento del VIH. Insto a los Estados Miembros, los pueblos indígenas, el sistema de las Naciones Unidas y todos los actores pertinentes a que trabajen de forma solidaria para garantizar que se escuchen las voces de los indígenas y que estos participen en los procesos decisorios en todos los países. Ello nos servirá para determinar el número de personas indígenas que viven con el VIH y ayudar a estas a obtener acceso al tratamiento del VIH/SIDA, fijándonos como objetivo último el acceso universal.
Nueva York, 10 de agosto de 2009
- Miguel d'Escoto Brockmann es Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas


Fuente: http://www.alainet.org/active/32282



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México: Acercan medicina tradicional a la población indígena en Puebla


  • Casi 12 mil consultas y 20 mil 860 servicios a la población indígena en lo que va del año, se han brindado a través de siete módulos de Medicina Tradicional, ubicados en hospitales integrales de nuestra entidad, así lo dio a conocer el titular de los Servicios el Salud en el Estado, Alfredo Arango García.
Abundó que con dichos módulos, se asegura la atención a la población más vulnerable por un médico Alópata y uno tradicional, recibiendo el medicamento elaborado por lo mismos médicos tradicionales o de laboratorio de manera gratuita y sin distinción de género, grupo étnico o edad.
Este proyecto, para el que se destinaron 34 millones 350 mil pesos para el ejercicio 2009, cuenta con un módulo de atención de primer nivel en cada Hospital Integral de Cuetzalan, Ayotoxco, Coxcatlán, Huehuetla, Tulcingo del Valle, Zapotitlán de Méndez y Tlacotepec de Porfirio Díaz. Al presentarse algún padecimiento que requiere atención especializada, son referidos de manera inmediata a dichos hospitales.

Además, para llevar a cabo dichas acciones se cuenta con 170 terapeutas tradicionales incorporados; de los cuales 88 son parteras; 39 están certificadas por los Servicios de Salud en el Estado, 61 curanderos y 21 hueseros, que colaboran con médicos alópatas para proveer atención mixta, tanto en español como en lengua indígena.

El titular de los Servicios de Salud, refirió que a partir de que iniciaron actividades los módulos de medicina tradicional, se ha observado una disminución de riesgo, especialmente para las mujeres embarazadas y pequeñitos menores de cinco años, por tener más cerca de sus comunidades atención en su propia lengua, lo que facilita una mejor cultura del auto cuidado.


Fuente: http://www.periodicodigital.com.mx

viernes, 7 de agosto de 2009

Declaración Mapuche por la Defensa y Protección de nuestra Medicina Ancestral



Temuko mapu, pukem 2009


Desde hace más de tres años a la fecha un conjunto de organizaciones mapuche de distintos territorios del Wallmapu, que tienen en común el desarrollar un trabajo relacionado con el ejercicio y fortalecimiento de la Medicina Mapuche en nuestros propios territorios, hemos venido realizando un trabajo conjunto. Esta coordinación se ha dado sobre la base de experiencias similares en cuanto a dificultades y problemas de cada organización para el desarrollo de nuestro trabajo y, fundamentalmente en realidades comunes de cada territorio y del conjunto del Pueblo Mapuche, que en general se traduce en el serio riesgo de pervivencia en el tiempo de los Sistemas de Salud de los Pueblos Originarios y en particular del Sistema de Salud Mapuche. Lo anterior debido a la mantención de relaciones de negación y discriminación, o a lo menos, en manifiestas situaciones de contradicción que vemos en la relación de las autoridades del estado y el gobierno con los Pueblos Originarios, situaciones que vemos y sentimos se produce hasta ahora de manera constante.


Así, durante todo este proceso han sido motivo de preocupación y reflexión constante de nuestras organizaciones y autoridades temas como los siguientes:


Agua (KO). Aunque creemos es sabido, nunca estará de más recordar que el agua para los pueblos originarios posee un valor sagrado, trascendente. El agua “no está sola” dicen nuestras machi, pues existe el GEN KO o espíritu protector y dador del agua en sus diversas formas: vertientes (Wvfko), saltos de agua (Xayenko), ríos (Leufu), lagos (Lafken), mar (Lafken), lluvia (Mawvn), etc. Así entonces, la relación de las personas con este elemento será de respeto y protección. En términos médicos en el Sistema de Salud Mapuche el agua (KO) es también lawen (recurso terapéutico) indispensable según sea la enfermedad (Kuxan). Manifestamos entonces nuestra preocupación ante la implementación de políticas energéticas y productivas que han mostrado ser atentatorias con este recurso, en particular la instalación de empresas mineras y la invasión forestal que ante su indiscriminado aumento ha significado que año tras año en época estival más vertientes y cursos de agua desaparezcan afectando por una parte directamente a nuestras comunidades para su sobrevivencia económica productiva, y por otra, genere la desaparición de plantas y hierbas medicinales atentando directamente con el ejercicio y práctica de la medicina mapuche. Ante esto nos llama profundamente la atención y rechazamos la política de incentivo a las plantaciones forestales en nuestros territorios incluso al interior de nuestras comunidades que de manera oficial implementa el gobierno.


Tierra y Territorio. No es casualidad que los mayores índices de pobreza se hallen siempre en las zonas y regiones donde habitan los pueblos originarios y mapuche en particular. Así también, es una realidad reconocida que la pobreza es una de las determinantes sociales más relevantes a la hora de comprender los problemas de salud que padecen las personas. Comprendemos muy bien que todo el círculo de la pobreza que afecta y vive nuestro pueblo, tanto en el nivel rural como urbano, tiene su raíz en las reducidas extensiones de tierra a que fuimos sometidos por el estado, situación que hasta ahora no ha sido rectificada ni reparada.


En el mismo sentido, ha sido una de las conclusiones más reiteradas por parte de nuestras autoridades (machi, logko, genpin, gillatufe, entre otros) que en la actualidad existe dentro del reducido espacio territorial comunitario una aguda escases de lawen (hierbas medicinales) en la medida que cada vez más se han debido incorporar nuevos espacios para las actividades productivas, siendo estos en el mayor de los casos humedales (menoko) y bosques, situación que redunda en la pérdida o extinción del lawen.


De esta manera ejercer y practicar la medicina mapuche implica en muchos casos (por parte de nuestros especialistas) un esfuerzo no siempre al alcance de sus posibilidades pues deben hacerse de estos recursos terapéuticos (lawen), a través del mercado (compra de hierbas medicinales) y/o su búsqueda en espacios o propiedades de tierra que hoy se hallan en manos de particulares latifundistas o parques nacionales de propiedad del estado, situación que no siempre o muy pocas veces es aceptada por los propietarios, pues estos hacen valer el concepto de “propiedad privada”.


Lo anterior pone en el debate el tema del territorio y su sentido, importancia y alcance que tiene para los pueblos originarios. El concepto de territorio afortunadamente se ha ido haciendo parte de la normativa internacional relativa a pueblos indígenas. Así entonces, esperamos, exigimos que las autoridades chilenas, en el momento que corresponda, sean consecuentes y se pongan a las alturas de las discusiones y normas internacionales aprobadas y en algunos casos ratificadas por el estado chileno.


Patentamiento de los conocimientos indígenas y biopiratería. Asistimos a una época en que nuevas formas de usurpación y despojo acechan a los pueblos indígenas. No les ha bastado con la apropiación de nuestros territorios y sus recursos. Hoy van por nuestro kimvn (conocimientos y sabiduría ancestral), por el kimvn de nuestras abuelas y abuelos, por ese kimvn que se ha construido por siglos, por milenios y que hoy en la medida que se mantiene vigente porque existen personas que son portadoras y la reproducen, constituye un patrimonio cultural de nuestros pueblos.


Nuestra preocupación en esta materia queremos graficarla en un solo hecho y de reciente generación (enero de 2009), situación que atenta contra nuestra integridad y patrimonio colectivo como pueblo. Nos preguntamos y preguntamos al gobierno actual cómo es que con instrumentos jurídicos vigentes, instrumentos internacionales ratificados por el estado e Instructivos Presidenciales de por medio se produzcan situaciones como la inscripción ante el Instituto de Propiedad Industrial, dependiente del Ministerio de Economía, de productos derivados del conocimiento mapuche y rotuladas con la Marca Registra de “Secretos de la Machi” por parte de particulares. Llamamos la atención que este hecho en particular cuente además con el apoyo directo a través de recursos financieros, de instituciones estatales como la CORFO y la Universidad de la Frontera de Temuco. Acerca de esta casa de estudios nos preguntamos si para la definición de sus políticas y programas, y en específico para el apoyo de ciertas iniciativas –como la descrita- se tiene en consideración, más allá o más acá de los beneficios económicos que se crea pueda generar, la responsabilidad que les asiste en la generación de un marco de relaciones interetnicas pacíficas y de respeto al interior del territorio en el cual se halla establecida. En este mismo contexto nos preguntamos ¿cómo entender el hecho de que el gobierno en otros casos que también involucra a nuestro pueblo si haga prevalecer el “respeto al estado de derecho y la ley”? Consideramos que por lo menos debiera reconocerse la poca rigurosidad, la desatención de los organismos competentes cuando se trata de proteger derechos de nuestros pueblos y comunidades.


Decimos, que como Red de Salud Mapuche no dejaremos pasar estos atropellos a nuestra integridad y patrimonio y anunciamos que haremos uso de todos los instrumentos disponibles para proteger, resguardar y recuperar nuestros derechos.


Especialistas de la medicina mapuche. Si hoy hablamos de Medicina Mapuche es porque uno de sus elementos e instituciones fundamentales ha logrado mantenerse vigente desde tiempos inmemoriales, nos referimos a nuestros especialistas (Machi, Lawentuchefe, Gvtamchefe, Pvñeñelchefe) y por cierto todo el sistema cultural que ellos son portadores y reproductores. No podemos desconocer, más bien debemos reconocer y valorar el hecho que en la vida cotidiana muchas personas de distinto origen étnico, tanto mapuche como winka, acuden, “creen” y encuentran su bienestar y mejoría ante situaciones de enfermedad y mal estar en general, en las “manos” de la medicina mapuche y sus especialistas. Entonces, es nuestro deber recordar a quienes suelen desconocer la realidad, o pasarla por alto, que nuestros especialistas han contribuido y contribuyen diariamente a entregar salud y bienestar a muchas personas y familias. Podrán decir que no hay cifras sobre aquello, que no es posible cuantificar ese “aporte”, lo que en gran medida es cierto en la medida que en la lógica mapuche de la entrega de salud no importa el “número”, importa la persona y su mejoría. Sin embargo, no podemos dejar de decir que también podemos ver que la existencia y práctica de la medicina mapuche permite “alivianarle la carga” al sistema de salud tradicional estatal.


Así entonces, nos molesta, nos preocupa la falta de atención, de valoración de parte de la institucionalidad estatal hacia nuestros especialistas, situación que se manifiesta de muy diversas formas: es impresentable que a estas alturas nuestras machi y especialistas en general en la mayoría de los casos deban ejercer su actividad en condiciones de precariedad material extrema, reflejada en falta de espacios de atención apropiadas, en la inaccesibilidad de los caminos que llegan a sus casas, entre otras. Es atentaría contra la posibilidad de salud de muchas personas que a estas alturas no exista un reconocimiento real de la existencia de más de un sistema médico que entre otras materias permita reformular la lógica de formación de los médicos alópatas para que éstos tengan la sensibilidad, amplitud de criterio médico y la posibilidad de derivar a un kuxan (“paciente”) a otro sistema médico cuando las circunstancias lo recomienden. Debemos recordar que esto (la derivación al sistema médico winka) sí ocurre de parte de los especialistas de la medicina mapuche.


Nuestro desafío. La realidad actual, las circunstancias y contextos históricos de ayer de hoy, obligan a enmendar el rumbo. Las políticas y programas de Salud Intercultural diseñadas e implementadas por el Ministerio de Salud en los últimos 10 años en Chile han sido importante, lo consideramos un avance, pero a estas alturas definitivamente no dan el ancho para avanzar en la generación de una nueva relación de respeto, valoración y fortalecimiento efectivo de los sistemas de salud de los pueblos originarios, proceso indispensable para el establecimiento de relaciones de reciprocidad y respeto recíproco entre los diversos sistemas médicos que conviven en nuestra sociedad.


Así entonces, los problemas, dificultades y conflictos más arriba planteados de manera general, así también la existencia de nuevos modelos y experiencias de salud mapuche surgidos en diversos territorios y contextos sociales, obligan a nuestro juicio, al diseño, formulación y aprobación de parte del estado de un marco jurídico que tenga como objetivo central el reconocimiento, resguardo y fomento de los sistemas de salud de los pueblos originarios en Chile.


Ésta ha sido la principal conclusión a que las organizaciones mapuche hoy reunidas en Temuko hemos llegado hace ya tiempo. A ello nos hemos abocado en todo este proceso. Así entonces, de modo participativo hemos diseñado una Propuesta de Proyecto de Ley de Reconocimiento de los Sistemas de Salud de los Pueblos Originarios, el que presentaremos próximamente al Ejecutivo.
Con ello hemos hecho ejercicio de nuestro derecho colectivo a la participación en la definición y búsqueda de solución a nuestros propios asuntos. El derecho a la salud y derecho específico a la protección de los sistemas de salud de los pueblos indígenas es también un derecho colectivo que nos asiste y estamos dispuestos a luchar por ello.


Red de Organizaciones Mapuche para la Salud


Temuko, pukem (julio) de 2009.

Fotografía: Mapuexpress