lunes, 11 de agosto de 2008

Pueblos indígenas mayas se suman su respuesta al SIDA

XVII CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE SIDA


-- Participaron por primera vez en una Conferencia Mundial

Por Claudia Palma

México, DF, 8 agosto 08 (CIMAC).- “Kuna´ri wamina Kuna rinu b’aquil” “El asunto del VIH es asunto de lo que se siente en mi corazón, lo que se siente en mis huesos” decía en la lengua maya k’iche’ y en español uno de los once carteles colocado por representantes de los pueblos mayas de Guatemala en un stand de la Conferencia Mundial sobre SIDA que inició el pasado 3 de agosto y terminó hoy en la Ciudad de México.

Es la primera vez que representantes de los pueblos mayas guatemaltecos acuden a la Conferencia Internacional y las únicas cifras oficiales con las que se cuenta para los pueblos indígenas frente al VIH son: el 25 por ciento de los 2 mil 478 casos de VIH registrados en 2005 correspondían a personas indígenas.

Hace dos años, en la Conferencia Mundial de VIH que se celebró en Toronto, Canadá, solo cinco grupos indígenas participaron. Este año, el número se elevó a 18 y a ellos se agregó Guatemala.

Muchas de las parejas que viven con el VIH son matrimonios adolescentes que se percatan de su condición luego que la madre se hace la primera prueba de VIH durante el embarazo, explica María Juana López, quien trabaja desde hace 6 años como educadora y formadora de grupos de apoyo en Quetzaltenango.

Las pruebas de VIH en el caso de las mujeres que viven su sexto embarazo en promedio se han convertido en la herramienta para detectar más casos. El 80 por ciento de los diagnósticos positivos que hace la Asociación de Investigación Desarrollo y Educación Integral, para la que trabaja López, son de indígenas. La proporción es de un hombre por cada dos mujeres que viven con el virus.

Un estudio que tomó en cuenta la opinión de 110 mayas reveló que el 32 por ciento cree que la fidelidad es la mejor forma de prevenir el VIH. Pero un 29 ignoraba la forma de protegerse, un 24 apenas tomó en cuenta el uso del condón y el restante 15 atribuyó a las relaciones sexuales múltiples y a las transfusiones de sangre la adquisición del virus.

“Las parejas empiezan a usar el condón hasta después de haberse contagiado y conocer su resultado. Para las mujeres es un proceso de negociación muy largo con sus compañeros”, dice López. Aún cuando se trata de parejas que viven con VIH, hay mucha resistencia en ellos para hablar a sus hijos de métodos de protección, agrega.

María Lidia Sac, otra de las trabajadoras que atienden a parejas indígenas que viven con VIH, considera que el idioma --sólo el 55 por ciento de quienes acuden a la clínica comprenden el español, además de su lengua materna--, la espiritualidad y la cosmovisión también tienen que ver en el diseño de estrategias de prevención.

En el caso de adolescentes indígenas homosexuales, “no tienen percepción del riesgo que corren y eso es lo más grave”, dice Israel Orrego, del Colectivo de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual , quien presentó las experiencias de un taller en el que participaron 15 jóvenes homosexuales de San Andrés Semetabaj, Sololá., doce de los cuales habían sufrido algún tipo de abuso sexual.

08/CP/GG

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